Francisco Pacheco: Músico, sanjuanero y diablo danzante

Caracas. Al escuchar el tema musical “Viva Venezuela, mi Patria Querida”, la primera referencia que viene a la mente de las y los venezolanos es Francisco Pacheco, un músico popular que con sus letras y cantos ha dejado su huella en la historia de la cantata venezolana.

“Desde el pueblo’e Cata vengo como buen venezolano”, dice Pacheco en una de sus canciones para homenajear a la localidad costera del estado Aragua donde nació el 10 de octubre de 1955. Su crianza estuvo marcada por la cultura, la música y la devoción, lo que lo llevó a convertirse en un promotor y defensor de las tradiciones de su región.

Como costeño al fin y por herencia familiar, es devoto de San Juan Bautista. Además, gracias a su madre Paula Cróquer es un diablo iniciado en la ceremonia anual de Corpus Christi en la población de Cata.

Su tía Alejandrina Pacheco era la Capitana de San Juan y le confería una gran responsabilidad en la organización de la festividad. Los velorios se realizaban en su casa y, año tras año, se esmeraba en la preparación de la ceremonia. Luego de morir Alejandrina, la responsabilidad de Capitana quedó en las manos de Paula Cróquer, madre de Francisco.

Fue así como Francisco tuvo la oportunidad de involucrarse con el ritual del santo “porque cuando no se encontraba en el velorio, San Juan estaba en mi casa”, comentó el cantautor al equipo durante una entrevista.

Al fallecer su madre, San Juan quedó en Cata como en un letargo por algunos años. “Realizamos una reunión familiar y decidí asumir la responsabilidad de mi madre, duré como cinco años como capitán y después le cedí el cargo a mi hermana mayor, Rosa Cróquer, y, actualmente, la Capitana de San Juan en Cata es mi hermana Neira”, explicó el cultor.

Cuando niño le era difícil que los adultos le permitieran participar en las fiestas de San Juan, por lo que se las tenía que ingeniar para estar cerca o esperar un descanso de los adultos para adueñarse de los tambores. “Una manera sana de aprender era con los juegos, después que pasaba la fiesta uno duraba varios días jugando a la celebración y también en las actividades de la escuela se hacían muchas representaciones de actividades culturales del pueblo”, rememoró.

Con el paso del tiempo, eso fue cambiando y se hizo más flexible, hoy por hoy, existen las llamadas Mariposas de San Juan, que son niñas trajeadas de colores que conforman una especie de generación de relevo y las van enseñando a tocar y cantar durante toque de tambor y las sirenas, precisó.

Fiel promesero. Desde los 10 años pertenece a La Hermandad de Los Diablos Danzantes de Cata. Se inicia a esa edad porque primero debió cumplir un requisito indispensable, hacer la primera comunión, porque les enseñan a rezar.

“En relación al Santísimo Sacramento, desde que uno se involucra en la manifestación, se considera hermano del Santísimo, ese es tu rol y la familia nunca se olvida. Con San Juan, pasa algo muy similar, lo considero una herencia de familia y siento que es mi deber cuidar el legado de mis ancestros, de allí viene Francisco Pacheco”, recalcó.

El cultor resaltó que ser diablo danzante y sanjuanero tiene una gran importancia en su vida. Siente que tiene en sus hombros la responsabilidad de darle continuidad a la cultura tradicional y religiosa de su Cata querido.

Para Francisco, la llegada del mes de junio es de suma importancia cultural y religiosa. “En junio se le rinde culto al Santísimo Sacramento y, como todos los años, tengo la responsabilidad de ir a mi pueblo de Cata para hacer la rendición ante el Santísimo Sacramento como diablo danzante, por supuesto, esto amerita una preparación física con ensayos por varios días antes de la llegada de Corpus Christi y, sumado a esto, una preparación religiosa como protección para alejar los malos momentos”, detalló.

Igualmente, al finalizar mayo le dan la bienvenida a junio, considerado como el mes de San Juan y esto trae consigo la preparación de la población que realiza un velorio el 31 de mayo para amanecer el 1° de junio, donde celebran lo que se conoce como La Entrada de Mes, un abre boca a las venideras fiestas sanjuaneras.

“La gente espera con ansiedad la llegada de junio porque trae consigo el amor, la unión y el agradecimiento por los favores recibidos”, dijo Pacheco, uno de los habitantes ilustres de Cata encargados de preservar su cultura y quien asegura que después de tomar la responsabilidad de formar parte de las tradiciones de su pueblo, es difícil abandonarlas porque su participación es devocional.

Texto. Edys Glod

Fotos: Roiner Ross y cortesia de Francisco Pacheco

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